Friday, May 26, 2006

"Uno de estos dias"

“Uno de estos días”

Uno de estos días, ¿puede ser hoy? … No se decirlo,
Llegara el fin de este viaje y esta vida,
Las risas fuertes, las lágrimas en mis sabanas;
Se irán por siempre, y encontraran salida,
Al infinito o hasta que dure el ver o el sentirlo.

¿Que será lo que mas me llevo?
Si no hay lugar para un equipaje
¿Que si no pueda pensar y dejo?,
Solo este cuerpo, solo un ropaje.

Lo que quisiera, si deja el tiempo,
Es recordar mis tantas travesías,
Tantas memorias que halle en el viento,
Mis recuerdos, sueños, fantasías.

¿Importara lo que aquí les digo?
Si es así, quiero contarles,
A mi familia, al buen amigo,
Escuchen bien lo que voy a hablarles.

Nací en un pueblo tan empobrecido,
Pero con gente de almas riquísimas,
Fui tan dichoso en haber nacido,
Entre los juegos, cantos, purísimas.

Fueron tan cortos y tan inocentes,
Los primeros años en mi memoria,
Pero si, alegran mi larga historia,
Con sus veredas, ríos y fuentes.

Mas los recuerdos son salpicados,
Con los momentos y los relatos,
De malos tiempos y los retratos,
De mis errores,… de mis pecados.

Por que culpar al que he encontrado,
Pues sin embargo, al sobrevivirlos;
Me he dado cuenta que aquel pasado,
Me hizo más fuerte, al ya no sufrirlos.

Mas si en mi pecho se que hoy extraño,
A muchas caras que ya se han ido,
No importa cuantos, sean los años,
Esas personas las he querido.

Lo de entremedio ya lo sabrán,
Hubo de todo lo que he podido,
Tome, peleé, jugué y ame,
Y nada de eso me quitaran,
Pero si por eso también llore,
Así es mi vida, “viva”, ¡jodido!

Nadie dirá que no haya luchado,
Pues sobre de eso sobran testigos,
De mis intentos, los enemigos,
Saben que es cierto lo que les digo,
Pues lo que tuve, todo lo he dado.

Siempre, en cada uno de mis intentos,
Les di mis fuerzas, les di mil ganas,
Y si gane, fueron momentos,
Que me hacen duro, y me dieron canas.

Las bendiciones que Dios me ha dado,
Tan numerosas a cada momento,
Por su deseo es que cada aliento,
Que yo he sentido, me han inspirado.

Lo más preciado que yo he tenido,
Siempre lo han sido y lo siguen siendo,
Son esas almas que me han querido,
Familia, amigos, el amor viviendo.

Y es por esto que yo quisiera,
Con estos versos dejarles dicho,
En ese día que este muriendo,
Gracias, los quiero, esto es un hecho,
Y hasta en la muerte los voy queriendo.

Por eso tomen de mi experiencia,
Que a esta vida no tengan miedo,
Disfruten todo, más la inocencia,
Yo de algún lado los estaré viendo.

Y si es posible que del otro lado,
Pueda ayudarles en cualquier modo,
Ahí estaré como un buen soldado,
Para apoyarlos, y darles mi todo.

Cuídense mucho, rían y bailen,
Abrazos, besos, van de mi parte,
Luchen y gozen, nunca se paren,
La vida es corta, y hay que gozarle,
Busquen su ruta que eso es el arte.

Para mis niños, come decirles,
Cuanto mis días iluminaron,
Si por tenerlos al bendecirles,
Mi alma sonríe, pues la llenaron.
Gracias por todo, punto y aparte.

Hubo momentos donde los años,
Y mis errores me envejecieron;
Pero todo eso y otros peldaños;
Se me olvidaron cuando nacieron.

Nunca sabré como Dios pudo,
Confiarme a mí sus bellas criaturas,
Y en mi garganta se me hace un nudo;
Que a esta hora, a estas alturas;
Le doy mil gracias, “fueron mi mundo.”

Si desde el cielo me dan licencia;
Para construirles una escalera,
Para ir a verlos, guiar su inocencia;
Mañana mismo quiero yo verla.

Y a mis hermanos, cuanto los quiero;
Pues son mi fuerza y el gran orgullo;
Que yo por dentro de mi, encierro;
Para enfrentar lo que es mío y lo que es suyo.

Que bendición el haber nacido;
A la par suya, mis caballeros;
Mi puño es fuerte, pues ha vivido;
Con lo que en sueños, son los vaqueros.

Hombres de veras que día a día;
Luchan por dar su último suspiro;
Por sus ideales y sus familias,
Llenan el mundo a cada respiro.

Es un honor el haber vivido;
A la par de quien no tiene cabida;
Que corazones, que contenido;
Entre sus cuerpos y entre sus vidas.

Para mis padres, debo decirles;
Que este hijo necio, pues los admira;
Y si no es mucho toma pedirles;
Que acepten el alma, que aquí les mira.

Y para todos lo que mas quiero;
Es que no compren ni que regalen;
Si no que otorguen de almas de hierro;
A los más pobres, que tanto valen.

Yo les recuerdo que fue por ellos;
Que un día gritamos por libertad;
No hay patria libre, no hay nada bello;
Solo memorias de nuestra lealtad.

Y es que he aprendido que al ayudar;
Se necesita auto-mejorar;
Si no lo tengo, no puedo dar;
¿Si no lo adquiero como otorgar?

Pero ese niño que esta en la calle;
Soy yo quien vive dentro de su cuerpo;
Solo que no logro encontrar la llave;
Para poder conquistar el tiempo.

Uno de estos días pues siempre es pronto;
Y yo debería restringir mi pensamiento;
Pero entre ustedes seria yo un tonto;
Al no admitir que saben lo que siento.

Por eso, este día, mando estas letras;
Y con ellas van de mi, el mejor deseó;
De felicidad y aunque no hay respuestas;
Al otro lado, yo los espero.


Lee Jaen Nic. ’06

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